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¿La escuela ha de enseñarlo todo? Construyendo un entorno personal de aprendizaje

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¿La escuela ha de enseñarlo todo? Construyendo un entorno personal de aprendizaje - PLE construyendo entorno de aprendizaje personal EPA

Con este  título de ¿La escuela ha de enseñarlo todo?, encontré recientemente un artículo en La Vanguardia que llamó poderosamente mi atención. Planteaba la cuestión de fondo acerca de si los contenidos incluidos en los planes de estudio actuales son los más adecuados o no. El sistema educativo actual se encuentra muy cuestionado ya que mantiene una metodología del s. XIX en pleno s. XXI. El objetivo de la educación es formar a jóvenes en las competencias imprescindibles para que, como ciudadanos, sepan desenvolverse en su entorno.

Veo esta problemática desde dos prismas, el fondo y la forma. El fondo me refiero a los contenidos en si y me quedo con la cita de Rafael Yus, catedrático de Biología:

“Cada época tiene sus claves y el mundo necesita que la escuela prepare personas del siglo XXI, que probablemente no necesitan los mismos aprendizajes ni las mismas asignaturas que generaciones anteriores. Hoy estamos en la sociedad de la información y no tiene sentido una larga lista de aprendizaje académico que, además, no se mantiene en la memoria si no lo utilizas; lo que debemos de hacer es adiestrar a la gente para vivir con tanta información, sortear el exceso y saber dirigirse a las fuentes más fiables”.

También señala Manuel Fernández, de la Universidad de Granada:

“…el papel de la escuela es liderar el proceso de educación integral del individuo y situar al maestro como persona de referencia y responsable de integrar contenidos de trascendencia social…”

Por eso, si hablamos de contenidos, además de cuestiones básicas como lectura, escritura, matemáticas, cultura o historia es necesario que aparezcan contenidos de la sociedad actual como educación sexual, nutrición, consumo responsable o medio ambiente (citados en el artículo) pero también hay un contenido que echo en falta: educación digital. Hoy vivimos rodeados de tecnología y de Internet, que forman parte de nuestra sociedad igual que la luz eléctrica o los vehículos a motor.

En cuanto a la forma pongo el foco en la metodología pedagógica basada todavía en gran medida en la relación jerárquica maestro-alumno, mediante clases magistrales y la rígida estructura tan compartimentada de materias por asignaturas cada hora o 45 minutos. La vida no está dividida en departamentos y áreas de conocimiento. Debemos apostar por aprender de manera transversal, trabajando por “proyectos” en los que se abordan diferentes materias de manera simultánea para resolver un determinado problema.

Y respondiendo a la pregunta del titular de este artículo: rotundamente no. La escuela no debe enseñarlo todo, pero sí debe dotar al joven del hábito, las herramientas y las habilidades necesarias para saber seguir aprendiendo por si mismo durante el resto de su vida. Hay que olvidar esa imagen del joven tras su graduación que esconde los libros porque ya no piensa estudiar nunca más y solo va a trabajar. La sociedad actual evoluciona a velocidad de vértigo y nadie debe conformarse con saber lo que ha aprendido hasta este momento. Pero tampoco podemos dejar la responsabilidad de seguir formándonos a nuestra empresa o a las instituciones, sino que nosotros como ciudadanos debemos asumir la responsabilidad de estar en aprendizaje permanente. Entonces es cuando surge con mucha trascendencia lo que se conoce como Entorno Personal de Aprendizaje (EPA o en inglés, PLE – Personal Learning Environment), un enfoque del aprendizaje que pone en el centro al educando como persona adulta y responsable de su desarrollo; que sirve para tomar conciencia de aquello que en el entorno de la sociedad digital nos permite seguir aprendiendo en base a nuestros objetivos e intereses; y que podemos definir como el conjunto de herramientas, fuentes de información, conexiones y actividades que cada persona utiliza de manera asidua para aprender.

Si quieres conocer más acerca de este concepto consulta este curso sobre PLE o cómo construir tu propio entorno personal de aprendizaje. También puedes ver el siguiente webinar en el canal de Youtube de IEBS.

Nacho Cambralla Balaguer

Consultor independiente focalizado hacia la innovación en los modelos de gestión de las empresas, actúa sobre tres pilares: la estructura organizativa, las personas y la tecnología. Conferenciante y formador en... Leer más

3 comentarios en ¿La escuela ha de enseñarlo todo? Construyendo un entorno personal de aprendizaje

    1. CARLOS GUTIÉRREZ CRUZ dice:

      En 1938 fue capturado en la costa oriental de Sudáfrica un ejemplar de Celacanto, un animal que había sido considerado extinto y que ha recibido, posteriormente, la denominación de “pez fósil”. Al igual que ocurre en otras muchas especies el repertorio conductual del Celacanto es muy limitado y se encuentra “implementado” en un conjunto de instintos muy bien ajustado a un ecosistema que ha variado muy poco desde el período Cretácico. Esta estabilidad ambiental conlleva un bajo nivel de presión selectiva y por lo tanto favorece la persistencia de los rasgos arcaicos del Celacanto.

      El caso del ser humano es muy diferente. Las crías humanas presentan al nacer un alto grado de inmadurez que las hace extremadamente dependientes de los cuidados parentales. Es el precio a pagar por la capacidad potencial de adaptación a una gran diversidad de ambientes. Dicha capacidad está soportada por el aprendizaje de nuevas conductas (en un sentido amplio) gracias a la versatilidad y flexibilidad permitidas por la plasticidad neuronal del cerebro homínido. Lo realmente interesante es que dicha versatilidad no solamente se pone en juego ante las variaciones ambientales acaecidas de forma espontánea en los ecosistemas naturales. Se pone en juego, sobre todo, para generar proactivamente cambios en dichos ecosistemas que pasan a estar antropizados. Se entra así en una espiral de creciente culturización de nuestro medio ambiente en el que la capacidad de aprendizaje es, simultáneamente, causa del cambio ambiental y capacidad de adaptación al mismo.

      En la actualidad se ha llegado a una situación en la que carece de sentido dedicar demasiado tiempo contenidos identificables con características ambientales (naturales y/o culturales) que tengan algún atisbo de estabilidad. Nos encontramos en lo que se ha denominado “modernidad líquida”. En este contexto lo inteligente es favorecer la capacidad de adaptación a un ambiente en un cambio continuo generado por nosotros mismos. Ahora bien, para ello es necesario encontrar la fórmula más adecuada de alcanzar este objetivo. La mala noticia es que no existe un único modo. La buena es que se cuenta con suficiente bagaje para tener identificadas algunas buenas prácticas. Tres ejemplos que considero especialmente ilustrativos son el de las aulas cooperativas multitarea del Instituto Padre Piquer, el del método Amara Berri en distintos colegios de la provincia de Guipúzcoa, y el del sistema de Formación por Aprendizaje en Servicio de la Unidad de Emprendimiento Social de la Universidad Politécnica de Madrid.

      Todos estos casos presentan características convergentes con el enfoque de los PLE como son, entre otras, el de la generación de conocimiento en red, el desafío a la capacidad de adaptación del alumnado ante situaciones inesperadas o novedosas, el fomento de la autonomía del alumnado y su participación en la toma de decisiones sobre su aprendizaje, así como la puesta en práctica de los contenidos de aprendizaje a través de actividades con significado para el alumnado (el aprendizaje significativo se produce en situaciones de aprendizaje significativas para el aprendiz).

    2. Muy interesante tu aportación Carlos. Como tú bien dices cada vez nos encontramos en una sociedad más «líquida» y cambiante. Es por ello que la educación también debe reflejar esta transformación constante, por lo que no tiene mucho sentido dedicarnos a estudiar contenidos estáticos y fijos. Mejor dirigir nuestros esfuerzos a cultivar esta capacidad de adaptación al cambio, y por lo tanto, a estar en constante aprendizaje ¡Muchas gracias por el comentario!

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