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Efecto látigo: Cómo optimizar la logística en tu ecommerce y mantener clientes satisfechos

Tiempo de lectura: 5 min
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Muchas cadenas de suministro padecen el efecto látigo, un problema que se produce en aquellas empresas en las que pequeñas variaciones en la demanda producen importantes efectos en los distintos niveles de sus respectivas cadenas de suministro. ¿Quieres saber qué es exactamente el efecto látigo y cómo puedes evitarlo? No te pierdas este post donde te lo contamos todo.

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¿Qué es el efecto látigo?

El efecto látigo, también conocido como el «bullwhip effect» en inglés, es un fenómeno que ocurre en las cadenas de suministro o la logística de las empresas. Se caracteriza por el aumento exagerado de la variabilidad y la amplificación de la demanda a medida que se desplaza hacia arriba en la cadena de suministro, desde los clientes finales hasta los proveedores.

Imagina una cadena de personas sosteniendo un látigo en línea recta. El movimiento inicial suave y constante representa la demanda estable y predecible de los consumidores finales. Sin embargo, a medida que el látigo se mueve hacia arriba, los eslabones de la cadena comienzan a oscilar cada vez más y con mayor fuerza. Esto simboliza la amplificación de la demanda a medida que se transmite a través de los diferentes niveles de la cadena de suministro.

En términos más sencillos, cuando un minorista recibe un pedido de un cliente, tiende a hacer pedidos adicionales a su proveedor para evitar quedarse sin stock. Luego, el proveedor hace lo mismo con su proveedor y así sucesivamente hasta llegar al fabricante. Cada eslabón de la cadena aumenta la cantidad de productos pedidos para asegurarse de tener suficiente inventario. Esto provoca que la demanda se magnifique a medida que se mueve a lo largo de la cadena, creando fluctuaciones y desajustes que pueden afectar negativamente la eficiencia y la rentabilidad de la cadena de suministro.

El impacto del efecto látigo en las cadenas de suministro

El efecto látigo tiene varios impactos negativos en las cadenas de suministro. En primer lugar, provoca una falta de sincronización entre la oferta y la demanda. Debido a las fluctuaciones exageradas de la demanda, los niveles de inventario pueden volverse inadecuados, lo que lleva a escasez de productos en algunos momentos y exceso de inventario en otros. Esto puede resultar en altos costos de almacenamiento, obsolescencia de productos y pérdida de ventas.

En segundo lugar, el efecto látigo aumenta los costos de operación a lo largo de la cadena de suministro. Los proveedores y fabricantes deben ajustar su producción y planificación en función de las variaciones amplificadas de la demanda. Esto implica cambios frecuentes en las órdenes de producción, aumentos en los costos de transporte y dificultades para mantener una capacidad de producción eficiente. Estos costos adicionales se transmiten a lo largo de la cadena, lo que afecta la rentabilidad de todos los actores involucrados.

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Por último, el efecto látigo puede dañar las relaciones comerciales. Cuando los proveedores y fabricantes enfrentan una demanda impredecible y fluctuante, puede resultarles difícil cumplir con los requisitos de entrega y calidad de los minoristas y clientes finales. Esto puede generar insatisfacción, pérdida de confianza y la posibilidad de que los clientes busquen alternativas más confiables. Además, la falta de transparencia y comunicación efectiva en la cadena de suministro puede agravar aún más estos problemas y debilitar las relaciones comerciales a largo plazo.

Principales causas del efecto látigo

La variabilidad en la demanda es, sin duda, la principal causa del efecto látigo, pero no la única. Entre las principales factores que propician el efecto látigo encontramos:

  • Problemas de comunicación y coordinación a lo largo de la cadena de suministro. Los responsables de los distintos niveles de la cadena de suministro pueden tener percepciones muy distintas de las cantidades que se necesitan, creando importantes desajustes.
  • Una base poco consistente en la estimación de la demanda
  • Una estrategia de aprovisionamiento poco flexible: el suministro de materiales y productos debe ser totalmente flexible. En este sentido, es preferible el aprovisionamiento por pequeños lotes con gran frecuencia  que en grandes lotes
  • Grandes fluctuaciones en las políticas de precios: las políticas de descuentos alteran inevitablemente la cantidad de producto demandada, y tenemos que ser capaces de anticiparnos a estas fluctuaciones. Conviene homogenizar la política de precios para no modificar en exceso el comportamiento de los consumidores
  • La aversión al riesgo de los responsables de compra, lo que obliga a contar con un colchón de seguridad que puede ser más o menos abultado

Cómo reducir el efecto látigo en tres pasos

Para reducir el efecto látigo en las cadenas de suministro, es importante implementar algunas estrategias clave. Imagina una orquesta donde todos los miembros tocan al unísono, en lugar de cada uno siguiendo su propio ritmo. Esta sincronización visual nos ayuda a comprender mejor cómo estas estrategias pueden funcionar juntas para minimizar las oscilaciones exageradas de la demanda:

1# Comunicación y colaboración

En las cadenas de suministro, los minoristas, proveedores y fabricantes deben establecer una comunicación fluida y compartir datos en tiempo real sobre la demanda, los niveles de inventario y las proyecciones. Esto permite una mejor planificación y una respuesta más rápida a los cambios en la demanda. Por ejemplo, pueden compartir información de ventas detallada con los proveedores, lo que les permite ajustar sus niveles de inventario y producción de manera más precisa.

2# Pronóstico preciso de la demanda

En segundo lugar, es esencial contar con herramientas y métodos de pronóstico precisos que permitan predecir la demanda de manera más exacta. Esto puede basarse en análisis de datos históricos, información de clientes, tendencias de mercado y otros factores relevantes. Al tener una idea clara de la demanda futura, los actores de la cadena de suministro pueden ajustar sus niveles de inventario y producción de manera más efectiva.

3# Reducción de plazos y ciclos

Por último, hay que intentar reducir los plazos y ciclos en toda la cadena. Por ejemplo, se puede implementar una estrategia de producción just-in-time, en la que los productos se fabrican y entregan en función de la demanda real, minimizando así los niveles de inventario y los retrasos. Además, la implementación de sistemas de producción ágiles y flexibles permite una respuesta más rápida a los cambios en la demanda, lo que ayuda a reducir las oscilaciones exageradas.

Por ello, las empresas necesitan profesionales preparados para optimizar sus cadenas de suministro. ¿Te gustaría ser uno de ellos? ¡Pide información sobre nuestro Master en ecommerce!

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Eduardo Martínez

 Licenciado en Dirección y Administración de Empresas por la Universidad de Zaragoza, al finalizar dicha Licenciatura decidí reconvertirme al entorno online cursando el Master en Administración Electrónica de Empresas impartido... Leer más

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